Con amor
"Y sobre todo esto, revestíos
de caridad, que es el vinculo de la
perfección". Pablo Colosenses, 3:14)
Todo discípulo del Evangelio precisará coraje para atacar los servicios de la redención en sí mismo.
Nadie dispensará las amarguras de la fe, a fin de marchar con tranquilidad bajo tempestades.
El camino de rescate y elevación permanece lleno de espinas.
El trabajo se constituirá de lucha, de sufrimiento, de sacrificio, de sudor, de testimonios.
Toda la preparación es necesaria, en el capítulo de la resistencia; entretanto, sobre todo esto, es indispensable revestir nuestra alma de caridad, que es amor sublime.
La nobleza de carácter, la confianza, la benevolencia, la fe, la ciencia, la penetración, los dones y las posibilidades, son hilos preciosos, pero el amor es el telar divino que los entrelazará, tejiendo la túnica de la perfección espiritual.
La disciplina y la educación, la escuela y la cultura, el esfuerzo y la obra, son flores y frutos en el árbol de la vida, sin embargo, el amor es la raíz eterna.
Mas, ¿cómo amaremos en el servicio diario?
Renovémonos en el espíritu del Señor y comprendamos a nuestros semejantes.
Auxiliemos en silencio, entendiendo la situación de cada uno, temperando la bondad con la energía, la fraternidad con la justicia.
Oigamos la sugestión del amor, a cada paso, en la senda evolutiva.
Quien ama, comprende; y quien comprende, trabaja por un mundo mejor
Del libro, Viña de Luz, psicografiado por Francisco Cándido Xavier,
dictado por el espíritu Emmanuel