Contrasentidos
Cuando la gota consideró que podía ser comparada con una gema valiosa, en medio del follaje primaveral, insultó al río en el cual se había formado: "Sal de delante, monstruo del suelo."
Cuando en relación con el firmamento el tronco se sintió un gigante, blasfemó contra su propia raíz: "No me ensucies los pies."
Cuando la vasija pasó por delante de la alfarería donde había nacido, gritó con rebeldía: "No soporto ese lodo."
Cuando el oro se habituó al palacio, indagó a la tierra que lo había producido: "¿Que haces ahí barro innoble?"
Cuando la seda brilló en la pompa de la fiesta, dijo a la oruga que le dio la existencia: "No te conozco, larva insignificante."
Cuando la perla resplandeció soberana, exigió a la ostra donde se había criado: "No te quedes a mi lado."
Cuando el arco iris descubrió la admiración del pintor, acusó al Sol del que estaba hecho: "No me robes la luz."
El hombre insensato, copia estos contrasentidos figurados de la naturaleza, y cuando se yergue sobre el pedestal del orgullo, por los abusos de la inteligencia, suele mofarse de si mismo y afirmar jactancioso: "La vida es polvareda, es nada, y Dios es una ilusión."
Psicografiado por Chico Xavier, Dictado por el espíritu Emmanuel. Del libro Justicia Divina