En el vientre de una
madre había dos bebés, uno le pregunta al otro. ¿crees en la vida después del
parto?
El otro le responde, ¡por
supuesto, tiene que haber algo después del parto! tal vez estamos aquí
preparándonos para lo que vendrá después.
¡Tonterías! dijo el
primero, ¿qué clase de vida sería esa?
El segundo respondió: no lo sé, pero me imagino que habrá más luz que aquí, tal vez podamos caminar
con nuestras propias piernas y comer con nuestras bocas, tal vez tendremos
otros sentidos que no podemos entender ahora.
El primer dijo: eso es
absurdo, el cordón umbilical nos proporciona nutrición y todo lo que
necesitamos, el cordón umbilical es muy corto, así que la vida después del
parto, no es posible, así que está fuera de discusión.
El segundo insistió: bueno, yo pienso que sí hay algo y que tal vez sea diferente a todo lo que es
aquí, quizás ya no necesitemos este tubo físico.
El primero respondió: ¡tonterías! si realmente hay vida después del parto, entonces ¡¿por qué nadie ha
vuelto de allí?!
Pues… no lo sé, dijo el
segundo, pero seguramente encontraremos a mamá y ella nos cuidará.
El primero respondió: ¡¡mamá!!
¡¿realmente crece en mama?! Eso si que
es ridículo, si mamá existiera, entonces ¿dónde está ahora?
El segundo dijo, ella
está a nuestro alrededor, estamos rodeados por ella, somos de ella, vivimos en
ella, sin ella, donde tú y yo estamos, no podríamos existir.
El primero dijo: bueno,
yo no puedo verla, así que lo lógico es que no exista.
El segundo dijo, a
veces, cuando estás en silencio si te concentras, podrás sentir su presencia y
si realmente escuchas, podrás escuchar su amorosa voz.