sábado, 26 de octubre de 2024

Conversando dos bebés

 




En el vientre de una madre había dos bebés, uno le pregunta al otro. ¿crees en la vida después del parto?

El otro le responde, ¡por supuesto, tiene que haber algo después del parto! tal vez estamos aquí preparándonos para lo que vendrá después.

¡Tonterías! dijo el primero, ¿qué clase de vida sería esa?

El segundo respondió: no lo sé, pero me imagino que habrá más luz que aquí, tal vez podamos caminar con nuestras propias piernas y comer con nuestras bocas, tal vez tendremos otros sentidos que no podemos entender ahora.

El primer dijo: eso es absurdo, el cordón umbilical nos proporciona nutrición y todo lo que necesitamos, el cordón umbilical es muy corto, así que la vida después del parto, no es posible, así que está fuera de discusión.

El segundo insistió: bueno, yo pienso que sí hay algo y que tal vez sea diferente a todo lo que es aquí, quizás ya no necesitemos este tubo físico.

El primero respondió: ¡tonterías! si realmente hay vida después del parto, entonces ¡¿por qué nadie ha vuelto de allí?!

Pues… no lo sé, dijo el segundo, pero seguramente encontraremos a mamá y ella nos cuidará.

El primero respondió: ¡¡mamá!! ¡¿realmente crece en mama?!  Eso si que es ridículo, si mamá existiera, entonces ¿dónde está ahora?

El segundo dijo, ella está a nuestro alrededor, estamos rodeados por ella, somos de ella, vivimos en ella, sin ella, donde tú y yo estamos, no podríamos existir.

El primero dijo: bueno, yo no puedo verla, así que lo lógico es que no exista.

El segundo dijo, a veces, cuando estás en silencio si te concentras, podrás sentir su presencia y si realmente escuchas, podrás escuchar su amorosa voz.

Esta es la marera que un escritor húngaro eligió para explicar la existencia de

Dios.